Desde hace ya varias décadas, Estados Unidos cuenta con una sólida tradición de salir a la calle durante el 31 de octubre disfrazado de forma tenebrosa. Sin embargo, esta tradición se ha forjado a partir de antiguas fiestas europeas como, por ejemplo, el ritual de origen celta Samhain. Es una tradición pagana, que se celebraba antes del nacimiento de Cristo, en la que se celebraba el final de la época de cosechas y del buen tiempo. También era considerado como el Año Nuevo Celta.
Como empezaba el periodo de frío y oscuridad, durante la noche los espíritus aprovechaban para regresar y mezclarse entre los vivos. Según la tradición, la noche del Samaín, la muerte se infiltraba entre los vivos con la intención de llevarse algunas almas. Con el objetivo de engañar a los muertos, los druidas celtas se disfrazaban de espíritus y les dedicaban ofrendas para mantenerlos contentos. El Samaín tuvo gran repercusión en Centroeuropa, las islas británicas y el norte de España.
No llega a Estados Unidos hasta el siglo XIX.
A partir del siglo IV, España comenzó a celebrar el Día de Todos los Santos. Esta fiesta se comenzó a celebrar el 13 de mayo pero, por orden del papa Gregorio III, la festividad pasó a celebrarse el 1 de noviembre con el objetivo de sustituir a la fiesta del Samhain.
A mediados del siglo XIX la tradición llega a Estados Unidos y se crea una fiesta desvinculada de la paganidad y orientada al consumo. Desde las famosas calabazas hasta el "Truco o trato", sin dejar de lado la decoración del hogar.
En Cataluña es tradición en la noche de los difuntos y en Todos los Santos comer castañas y panellets.
Los escaparates de las tiendas ya están decorados para celebrar Halloween.
¿Celebraís Halloween o decoráis vuestra casa?
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