Paseando por un centro comercial nos paramos a mirar la vitrina expositora de una pastelería. Estaban todos los mini pastelitos tan ordenados por clases y colores que los hubiésemos comprado todos, era una tentación visual tan grande que no nos pudimos resistir. Salimos con una cajita cargada de pastelitos. Al llegar a casa y probarlos os puedo asegurar que el sabor cumplió totalmente con las expectativas creadas.
¿Habríais caído también en la tentación (no vale mentir)?
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